Especial mantenimiento: visibilidad, limpiaparabrisas y lavaparabrisas

Especial mantenimiento: visibilidad, limpiaparabrisas y lavaparabrisas

Seguimos con nuestro especial sobre el mantenimiento del coche, y en esta ocasión, toca hablar sobre la visibilidad, limpiaparabrisas y lavaparabrisas. Permitidme un apunte legal previo, en el que definamos la diferencia entre estos dos últimos elementos, que son comúnmente confundidos.


La UE define limpiaparabrisas como el dispositivo que sirve para enjuagar la superficie exterior del parabrisas, mientras que el lavaparabrisas es el sistema que permite almacenar, transferir y dirigir líquidos hacia la superficie exterior del parabrisas.


Dicho esto empecemos por lo más básico, que es mantener nuestras lunas limpias antes de iniciar la marcha. Cuanto más limpias estén, más efectivos serán los dos sistemas de los que hemos hablado anteriormente. Ni que decir tiene el papel fundamental que juega una buena visibilidad a la hora de viajar lo más seguros posible.


¿Cómo limpio las lunas de mi coche?

Lo más recomendable para iniciar la limpieza de las lunas es haber limpiado previamente el coche entero, sea mediante chorro a presión o túnel de lavado, pero ojo, si hemos aplicado productos de conservación pueden quedar resto de cera que hagan que los limpiaparabrisas puedan llegar a rascar. Para evitarlo, lo mejor es pasar después un paño de limpieza después de cada lavado.


Mercedes CLS

Si no es posible lavar el coche, lo más recomendable es hacernos con una esponja, jabón, y un cubo con agua caliente. Esto eliminará gran parte de la suciedad, aunque no dejará el cristal completamente limpio, ya que, seguramente, nos queden marcas de suciedad por el jabón. Ojo, puede que sea motivo de sanción lavar el coche en la vía pública en nuestro municipio.


Para conseguir que los cristales no tengan ningún tipo de marca o reflejo, deberemos humedecer toda la luna con un limpiacristales de uso común que contenga alcohol, y secar el cristal con una gamuza o un paño sin hilachas. Es importante que esta gamuza no haya sido empleada previamente en el resto de la carrocería, porque podría ensuciarnos el cristal con restos de grasa.


Ahora bien, muchos olvidan que no es suficiente con limpiar los cristales por fuera. Por dentro, nuestras lunas acumulan una gran cantidad de suciedad. Si nunca habéis limpiado las lunas por dentro, no tenéis más que pasar un trapo limpio para llevaros una sorpresa. El algodón no engaña, y va a salir completamente negro. En este caso, con un trapo húmedo bastará en la mayoría de los casos. Si no fuera así, podemos recurrir a un limpiacristales similar al que empleamos en la parte exterior de las lunas.


Audi A3

Mantenimiento de los limpiaparabrisas

Son los grandes olvidados en las zonas donde las precipitaciones son escasas, y sólo nos acordamos de ellos cuando realmente los necesitamos. El elemento de fricción entre el limpiaparabrisas y la luna, la escobilla, necesita ser limpiado con cierta frecuencia, y cada cierto tiempo (una vez al año aproximadamente), debe ser sustituido, pero vayamos por pasos.


Para limpiar las escobillas con mayor facilidad deberemos retirarlas del brazo del limpiacristales. Una vez hecho esto, procederemos a eliminar el polvo y la suciedad con un trapo blando, preferentemente humedecido con un producto limpiacristales. Si aun así no consiguiéramos dejar la escobilla completamente limpia, podemos probar con una esponja o un trapo, pero nunca con elementos más duros (como cepillos con cerdas metálicas), ya que podríamos dañar la escobilla.


No obstante, hay determinados síntomas que nos indicarán que debemos cambiar la escobilla. En primer lugar, si el barrido deja estrías, el caucho de la escobilla está dañado, normalmente como consecuencia de bruscos cambios de temperatura exterior o utilización con nieve, y deberemos sustituir este elemento.


AR Mito

Si por el contrario, durante el barrido, la escobilla produce sacudidas y ruido, es porque el caucho se ha endurecido con el tiempo, o porque con el uso, la goma ha acabado deformándose como consecuencia de los cambios de temperatura o la presión contra la luna. De nuevo, no tendremos más remedio que sustituir la escobilla por una nueva.


Mantenimiento del lavaparabrisas

Tras comprobar que los eyectores funcionan correctamente (y orientarlos a nuestro gusto, cosa no todo el mundo sabe que se puede hacer en la gran mayoría de los coches), la principal tarea de mantenimiento que tenemos que hacer es asegurarnos de que contamos con suficiente líquido lavaparabrisas.


En el mercado encontraremos dos tipos de productos, concentrados que deberemos disolver, y mezclas preparadas. Para los primeros es fundamental respetar las proporciones que se indiquen, y contar con agua con un bajo contenido en cal, ya que de otra manera podemos obstruir los eyectores.


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